Cuerpo de eternidad,
con cicatrices que penetran
rompiendo la corteza de la realidad,
haciendo de tu memoria
hojas muertas en soledad.
Raíces que quiebran
sucumbiendo a los años
llenos de dudas
y pensamientos acromáticos.
Dudas de tu existencia,
pero vaticinas tiempos muertos.
Dilatas memorias
al color de tu inmortalidad,
dando sueños
donde otros
recogen hojas sueltas.
Quiero ser tu,
quiero tu eternidad...
Fran Medina; fotografia de Fotosgil
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